el milagro apareció sobre la escena: Adeline Pastor, una bailarina francesa que estudió con Magaly Suárez en La Habana, paró al público de la sala tras su impecable, apasionada y pirotécnica interpretación de Piaf, con la canción “Non, je ne regrette rien” como fondo; confieso que nunca había visto giros tan vertiginosos y múltiples como los que Adeline nos regaló en este ballet homenaje a su inolvidable compatriota Edith Piaf, del coreógrafo Ben Van Cauwenbergh.
La estrella de la tarde, Adeline Pastor, fue la encargada de cerrar la función, muy bien acompañada por otra estrella, el bailarín norteamericano Joseph Michael Gatti, con quien bailó un delicioso y efervescente pas de deux del ballet “La llama de París”
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